En ElTorn hay gente de todo el mundo: Inglaterra, Irlanda, Francia, Suiza, Alemania, Rusia, Brasil, Grecia, Argentina, China, Canadá, EE. UU. y de diferentes partes de España. Vienen todas las semanas; trabajan en sus proyectos; comparten pensamientos e ideas … y comida: nuestros almuerzos son siempre muy divertidos.
Compartir mi vida con este gran grupo mixto de personas me hizo pensar en estereotipos: “… una creencia generalizada y fija sobre un grupo o clase de personas en particular” (Cardwell, 1996). Junto con la definición, encontré: “la ventaja de un estereotipo es que nos permite responder rápidamente a las situaciones porque es posible que ya hayamos tenido una experiencia similar. Y la desventaja es que nos hace ignorar las diferencias entre individuos y generalizamos “.
Buscando más sobre el tema, he encontrado algunos estereotipos sobre diferentes nacionalidades, veamos qué piensas sobre ellos:
Cuando piensas en los británicos, honestamente, te viene a la mente que tienen una comida terrible. No te confundas: Inglaterra es un lugar fantástico para comer, con una cocina muy variada de todo el mundo. Se dice que tiene la mejor comida hindú del planeta (aparentemente, incluso mejor que en India). Por otro lado, piensas que a los británicos les chifla el té … y bueno, parece ser correcto: el consumo anual de té per cápita en el Reino Unido es de alrededor de 1.941 kg (68.5 oz) … según Wikipedia …
Ya los alemanes aman las reglas. El exceso de regulación en Alemania a veces puede conducir a cierta rigidez. Sin embargo, es claramente su capacidad para organizar y crear estructuras que les ha valido su reputación de ser eficientes. Incluso hay una oficina del gobierno llamada Ordnungsamt, que literalmente se traduce como “oficina del orden”. Por otro lado, los alemanes no comen solo salchicha. El país puede consumir 2,5 millones de toneladas de wurst al año y tener 1.500 variedades, pero hoy en día la comida rápida número uno en Alemania no es Bratwurst, sino el Döner Kebab. Esta adición relativamente reciente a la paleta de sabores de la nación llegó con inmigrantes turcos en la década de 1970.
Mis amigos franceses me tendrán que disculpar, pero esto no es un estereotipo, sino un hecho: en los viejos cafés parisinos, no esperes sonrisas ni palabras de bienvenida. No te sorprendas si el camarero muestra impaciencia si tardas demasiado tiempo para elegir tu plato. ¡Y no te sorprendas si, después de ese “servicio”, ¡el susodicho espere propina! Sin embargo, voy a defenderlos del estereotipo más estúpido de la historia: “Los franceses venden mucho perfume, ¿no es esa la última prueba de que apestan?”. Debo decir que, después de visitar y vivir en diferentes países, puedo asegurarte de que los franceses no apestan más que cualquier hijo de Dios. Aparentemente, esta idea tiene mucho que ver con los hábitos franceses del siglo XV … o sea, que hace ya mucho tiempo … ¡así que podemos ya olvidar a este estereotipo!
Si hablamos de los rusos, pensamos en el vodka y en que son capaces de beberla como el agua. Sería simplista detenerme aquí, así que seguí investigando y descubrí que el vodka nunca, nunca, se bebe sin una razón. Una cena cotidiana en Rusia no va acompañada de vodka, al contrario de una cena normal en Francia que sí puede venir acompañada de una copa de vino. Los rusos en cambio solo la beberán cuando haya una ocasión especial (lo de “especial” es subjetivo): una boda, un funeral, el nacimiento de un niño, un trato comercial sellado … También tendemos a pensar que a los rusos no les gusta sonreír. Eso es cierto, pero no es porque no sean divertidos o felices. Los rusos son divertidísimos, pero culturalmente, no sonríen a extraños por el simple hecho de ser “educados”, porque consideran que este gesto es extraño y una pérdida de tiempo. No sé si es cierto (amigos rusos, por favor confirmen) que incluso hay un proverbio ruso que se traduce, más o menos, en “reírse sin razón es una señal de estupidez”.
Y, por supuesto, nosotros españoles también tenemos muchos estereotipos. El más generalizado yo diría que es el de hacer la siesta todos los días. Nadie niega que hayamos inventado la siesta, pero eso no significa que la hagamos todos los días (¡más quisiéramos!). Pero es verdad que tenemos un horario diferente del resto de Europa. Comenzamos el día muy tarde, almorzamos tarde, cenamos increíblemente tarde y nos acostamos incluso más tarde.
Sean los estereotipos reales o no, esto es un hecho: mientras nuestros alumnos alemanes reservan su plaza con 6 meses de antelación en nuestro curso de Semana intensiva de torno , estoy segura de que mis queridos alumnos españoles lo dejarán para el último momento! Bueno, nada, ¡que me voy hacer la siesta! Un abrazo,